jueves, 1 de septiembre de 2016

Otra tarea terminada, mi pizarra en su sitio.


¡Sí! Esta vez el Jefe me ha dejado perpleja del todo. No me gusta criticarlo, sobre todo porque cuando hace cosas en casa (en cuestión de bricolaje y demás), es porque antes yo he tenido una de mis ideas. Pero el pobre tiene un pequeño fallo: odia trabajar en casa, aunque luego disfrute igual o más que yo del resultado. Por eso cuando empezamos un proyecto casi siempre pasan más de seis meses antes de terminarlo. La verdad es que con este ha pasado un año, justo desde que acabamos la reforma de casa y compré una tabla de lavar a mano que envejeció rápidamente para colgarla en la pared del pasillo que va al lavadero. Ahí se quedó un año entero, en el suelo apoyada en la pared, hasta que hace unas semanas pasó a acompañarla la vieja pizarra con la que hice el cartel de lavandería. Ya sólo faltaba que hiciese una balda para exponer mis planchas antiguas, colgar todo en la pared y proyecto terminado. Yo, que soy muy muy mal pensada, calculaba otros seis meses mínimo para que hiciese la balda y otros tantos para colgarlo todo. Pero no. Esta vez me ha sorprendido de verdad y en cuanto vio la pizarra se puso manos a la obra e hizo la balda. Esta mañana lo hemos puesto todo en su sitio y ha quedado genial. Os prometí fotos y aquí están.





Aquí podéis ver toda la pared. No he podido hacer foto de frente ya que es un pasillo, pero más o menos veis como ha quedado todo. ¿Os gusta? Yo estoy encantada, ha quedado justo como imaginaba. 





La pizarra la ha colgado con un viejo clavo para que quedase más auténtica aunque en la foto obviamente no se ve. 





Esta es la pequeña balda que ha hecho para las planchas antiguas. Aquí me ha enamorado. Buscó una madera antigua, le quitó las capas de laca que la cubrían e hizo esta balda con esas escuadras tan monas. El detalle de hacer las escuadras con esas curvas me ha encantado, le da un toque muy bonito y hace que quede muy bien todo el conjunto. 




 Y esta es  la tabla que compramos y envejeció hace ya un año. Tenía tantas ganas de verla en su sitio... ¿Qué os parece? ¿A que ha quedado precioso? Yo estoy tan encantada que cada vez que subo al piso de arriba no puedo evitar pararme a mirar esa pared que hasta ayer era un lienzo blanco (con gotelé, por desgracia) y hoy está tan bonita que me gustaría que estuviese más a la vista y no camino de mi lavadero. 
Gracias Jefe, eres un sol, aunque no te lo diga todas las veces que debiese. Te quiero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario