Sí, después de una semana encerrada ejerciendo de enfermera con el peque que ha estado malito de la garganta, hoy a pesar de que no ha hecho un día de sol de esos que iluminan las calles de mi ciudad hemos salido a pasear un ratito, reconozco que intrigada por ver el ambiente del que se queja tanto mi hermana Isa que vive en el centro porque se están celebrando las cruces de Mayo. Lo primero que me he encontrado ha sido un súper crucero en la terminal de cruceros del puerto y una marea de extranjeros que salían a visitar la ciudad. Me he puesto contenta. Cartagena, ciudad milenaria importante por su situación estratégica, ha sufrido muchas crisis en su historia. Desde que yo recuerdo, además del astillero al que por más que cambien de nombre siempre llamaremos Bazan, lo que alimentó mucho tiempo a esta tierra fueron los militares. Creo que aquí pocos hay de mi edad que no tengan familia dedicada a una de estas dos cosas. Mi abuelo era marino, mi tío del ejército de tierra y en la época en la que se hacía la mili pasaban por aquí montones de chavales. Pero cuando la mili se acabó cerraron el cuartel de marinería y alguna de las otras bases que teníamos y se notó el bajón de movimiento. Durante unos años mi pequeña ciudad ha luchado por sobrevivir dando a conocer las maravillas arqueológicas de las que disfrutamos como nuestro Teatro Romano, otro montón de yacimientos que no voy a nombrar uno por uno, nuestra arquitectura modernista abanderada por Víctor Beltrí, pero la cosa no despegaba. Hasta que después de no se cuanto tiempo las obras que hicieron de nuestro puerto no solo un sitio donde amarrar barcos pequeños sino donde recibir cruceros han dado su fruto poco a poco. Desde hoy, además de recibirlos, también es puerto de salida. A lo que iba que ya me he liado y parezco mi abuelo contando como era su querida Cartagena. Mi Cartagena hoy brillaba a pesar de no hacer sol. Sus calles recibían con los comercios abiertos a los posibles compradores, sus terrazas preparadas para que se llenasen no sólo de guiris, también de cartageneros que hoy tenían ganas de fiesta.
Si te bajas de un barco y empiezas tu paseo
por Cartagena,lo primero que vas a ver es esto,
Nuestro Palacio Consistorial.
Y aquí llega el cabreo de mi hermana Isa. Aunque a los Cartageneros nos duela en el alma y en los oídos escucharlo, somos Murcianos y Murcia no es Andalucía. Somos vecinos , sí, pero no andaluces aunque el resto de España no consiga distinguirnos por el acento. He de decir que he vuelto a navegar por google para saber bien cuándo aparecieron las Cruces de Mayo porque en el cole yo esto no lo estudié. Nacieron como advocación a Sta. Elena para recordar que encontró la cruz de Cristo. Para mi sorpresa hay documentos del siglo XVII que ya hablan de ellas, vamos que nuevas nuevas no son. Desaparecieron durante muchos años y las cofradías de Semana Santa las rescataron a finales del XX. Al principio eran sólo las cofradías las que celebraban esta fiesta con comidas benéficas y ratos de fiesta entre ellos. Sin embargo estos últimos años la cosa ha ido en auge y cada vez se colocan más altares con cruces hechas de flores.
Fotos de Cruces realizadas por Floristería Flori ,
unas artistazas en el arte floral en Cartagena,
mirad su blog y lo veréis.
Donde entra el cabreo de mi hermana es que no se sabe por que motivo la gente empezó a vestirse de flamenca, a poner sevillanas a todo volumen por las calles, en los bares y dónde están los altares. La verdad es que pasear hoy por las calles del centro era raro, ver farolillos, flamencas, escuchar sevillanas... Ha sido como trasladarme a otro sitio. Y no digo yo que esté mal, es sólo raro.
Calle Honda, Cartagena.
Flamenquitas
De vestirnos de algo, si es que hay que engalanarse, podrían hacerlo de cartageneras, que ya sólo se saca el traje de la ciudad para la ofrenda de flores a la Virgen el viernes de Dolores. Si no me equivoco hay una asociación de un pueblo cercano a Cartagena, La Palma, que sí que visten con el traje de nuestra tierra. Pero se ve que a la gente le mola más lo flamenco, la verdad es que yo veo a una chica vestida de flamenca en la feria de Abril de Sevilla y se me cae la baba. Me parecen de lo más estilosas y guapas a rabiar, me encantaría meterme en uno de esos preciosos trajes de volantes, aunque dudo que me queden tan bien como a ellas. Pero lo haría allí, en Sevilla,en Cádiz, Jerez o cualquier otro sitio, pero de Andalucía. Porque a mi Cartagena para estar guapa no le hacen falta farolillos ni guirnaldas. Ella es bonita como es, por eso dar un paseo con mis niñas por sus calles esta mañana ha servido para cargarme las pilas que las tenía agotaditas del todo.
No me digáis que no es preciosa. En fin, que cuando tengáis ganas de conocer la ciudad más bonita del Mediterráneo venid a Cartagena y disfrutad de sus calles, sus terrazas, su puerto, su sol, que aquí se cuentan con los dedos de la mano las veces que llueve o que el cielo no está azul y hasta así está preciosa, como hoy. Y si sois de los que buscáis fiesta tenemos las cruces de Mayo, las fiestas de Cartagineses y Romanos, el carnaval y nuestra Semana Santa. Mira estoy pensando que os enlazo con el ayuntamiento y ahí veis todito lo que tenemos. Os espero en mi Cartagena Bonita.
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