viernes, 30 de septiembre de 2016

Welcome Autumn


Así sin darnos cuenta, al menos yo, ya estamos en otoño. Supongo que parte de la culpa de que nos pase desapercibido aquí en mi tierra es el estupendo clima que tenemos. Ya estamos en Octubre y es raro el día que tenemos menos de 20º, un lujazo, de verdad. A mí, junto a la primavera, esta es la época del año que más me gusta, no hace frío, pero tampoco el calor asfixiante del verano. Es verdad que los días son más cortos y que ya estamos metidos de lleno en la rutina del curso: colegios, actividades extraescolares, deberes, trabajo... Sinceramente, yo lo agradezco. La tropa estaba ya al borde de un ataque de nervios y yo más. La combinación de tres meses de calor, vacaciones, nada que hacer y una mega familia se convierte en explosiva en muchas ocasiones, así que la vuelta al cole y la "normalidad" es una bendición. Y si encima hace un tiempo estupendo más. 
Sin embargo echo de menos los otoños que pasamos en Rusia. Allí si que era otoño "de verdad". Los árboles tiñen sus hojas de de tantos tonos diferentes entre marrones, dorados y rojizos que es un verdadero espectáculo a la vista. Las mismas hojas que alfombran los parques que hace unos meses eran verdes. 







El frío se nota, tu armario no es un cajón de sastre donde se combinan prendas de verano y de invierno, allí no es como en mi querida Cartagena que un día estamos a 25º y al siguiente a 10, y ya es invierno. En Rusia las estaciones van pasando y puedes verlas, oírlas, olerlas....Cada una diferente a la otra. El invierno frío, con nieve como en las pelis, los días cortísimos y las noches muy largas. La primavera que aparece con una explosión de color tras el oscuro invierno. Todo se llena de flores, los días se alargan, empiezas a escuchar pájaros y la gente comienza a asomarse a los parques. El verano con sus días perfectos, sin ser horrorosamente calurosos durante el día y fresquitos por la noche. Para esa época la gente ya ha tomado los parques y los ves disfrutar tumbados en la hierba, o dar de comer a las palomas, o jugar al ajedrez en un banco...Y luego el otoño, tan melancólico. La naturaleza se prepara para el frío y se despide antes de dormir con ese regalo de colores y olor a hierba mojada por la lluvia. La gente aprovecha los últimos días en los que el sol calienta para pasear sabiendo que pronto la nieve cubrirá todo y el frío hace que tengas que quedarte en casa. 
Es de las cosas que más echo de menos de nuestra estancia allí. Ver pasar las estaciones, pero sobre todo el otoño y el invierno. Supongo que porque son las que justamente en Cartagena casi no notamos. El invierno sí, pero no con nieve ni con el frío de allí; aquí te pones un gorro y una bufanda y la gente te mira raro. Y el otoño, como decía al principio, ni existe. 
Aún así, aunque no lo hayamos notado llegar, aunque sigamos vistiendo pantalón corto o tirantes, aunque a los que más les gusta la playa todavía puedan disfrutar de ella, quiero dar la bienvenida al otoño. No será tan espectacular como en Rusia u otros sitios, pero aquí está como antesala del invierno. En un mes la tele empezará a bombardearnos con sus campañas pre-navideñas, el Corte Inglés se empeñará en que "ya es navidad" a mitad de noviembre y cuando menos lo esperemos estamos otra vez de vacaciones y cantando villancicos. Y aunque cantemos "noche de paz", en esta casa la paz se habrá vuelto a coger vacaciones hasta el comienzo de las clases. Así que ahora que han empezado mis vacaciones, ahora que todo vuelve a la normalidad, que mis mañanas son mías y solo mías, aunque las pase en casa como tantas madres y amas de casa. Ahora vuelvo yo a ser la reina, a poder poner a los Hombres G a toda pastilla mientras limpio, a poder salir o entrar sin dar explicaciones, a ir al super sin nadie que vaya detrás de mi metiendo en el carro todo lo que quiere que le compre mientras yo lo saco por el otro lado...por eso el otoño se merece que le de la bienvenida: ha venido a rescatarme del caos del verano justo cuando ya la cosa empezaba a ser difícil de llevar, como los héroes que salvan a las protagonistas de las pelis justo cuando van a caer por la azotea de un precipicio o cuando el malo malísimo las tiene atadas y está a punto de hacerles daño. Si, creo que el otoño es mi heroe, sin capa ni antifaz, pero con el don de sacarme del peligro donde estaba y darme una nueva oportunidad para recargar pilas y prepararme para las próximas vacaciones. Bienvenido seas otoño, gracias por volver un año más.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Una de artesanos



Hola de nuevo a todos. ¿Pensabais que había desaparecido? Pues no, aquí estoy, vivita y escribiendo a pesar de que esta última semana ha sido bastante estresante y aún me estoy recuperando. Yo funciono así, subidón unas veces en las que no paro y luego semana de bajón y no poder tirar ni de mi alma. 
Esta vez la culpa ha sido un poco mía por meterme en líos de más justo la semana en la que empezaba el cole el enano, tenía las reuniones con los tutores de las niñas y el resto de cosas propias de cada comienzo de curso. Pero es que no podía decir que no, era una oportunidad única. ¿Que de qué hablo? De mi afición por la artesanía y de la posibilidad de enseñar en una muestra las cositas que desde hace tiempo forman parte de un  "proyecto futuro" que realmente no se si algún día se materializará. Así que esa muestra se convirtió en una manera de que ese proyecto se hiciese más real. Veréis, desde hace un tiempo el Jefe y yo llevamos en mente empezar a hacer piezas de decoración en madera, al principio venderlas online y quizás después, si la cosa funcionase, montar una tiendecita en la que se vendan exclusivamente piezas hechas a mano por nosotros. Así que cuando a mediados de agosto me llegó un whatsapp de mi profe de artesanía en la que nos contaba la iniciativa de un grupo de artesanas de un barrio de Cartagena de hacer un mercadillo-muestra en septiembre no pude frenar la ilusión de empezar a trabajar. Para colmo se lo dije a mi hermana, que hace unas piezas de cerámica chulísimas y que también está empezando a comercializar (mirad en su página de facebook mamana ceramics que monerías hace). Ahí caí del todo porque mi hermana es como un terremoto, un huracán y un tsunami todo a la vez. Si a mí me hacía ilusión ella estaba como una moto con la idea así que olvidé lo mala que era la fecha y me lancé a preparar atrapasueños, colgantes de madera para los pomos, imanes (también de madera), guirnaldas de banderines de tela, carteles de madera con frases...todo lo que a mi me gusta, creado por mi y por el Jefe, porque yo he elegido colores, pintado carteles y hecho atrapasueños, pero de la carpintería se encarga y lo seguirá haciendo él, que tiene unas manos de oro y además disfruta con ello. A pesar de ser una semana muy estresante, como ya os he dicho, también ha sido muy positiva en muchos aspectos. Todo tiene su lado bueno y su lado malo. Al estrés de querer hacer las cosas bien y bonitas se unía la ilusión de ir viendo cada una de ellas terminadas... Sacar de trozos de madera algo que luzca y se vea bonito no es fácil. Hacer patrones, cortar, escoger papel o color para decorar, pintar, lijar y barnizar... y por otro lado hacer los atrapasueños y las guirnaldas no es chasquear los dedos y fin. Hablo por la parte que nos ha tocado al Jefe y a mi, porque si hablo de mi hermana y de lo que es montar en tu casa un minitaller de cerámica en casa, hacer cada pieza una a una, hornear,esmaltar y hornear otra vez también tiene su trabajo. 
Pero como digo, ver cada pieza terminada da una satisfacción, alegría y emoción estupendas. Os voy a enseñar como quedaron algunas.






Estos son algunos de los atrapasueños que hice. No los puedo enseñar todos bien porque tendría que subir demasiadas fotos. 






Aquí podéis ver los colgantes para pomos (los que llevan cordel) y los imanes de madera y decorados con cartulinas con diferentes motivos. A mi me encanta como quedaron. Hicimos casitas, corazones y pajaritos.





Y estas casitas tan monas, aún no les he hecho fotos donde luzcan más, mi padre dice que no parecen casas, que son bloques de madera...




Estos son los carteles con mensaje que el Jefe cortó y yo decoré.
De las guirnaldas tampoco tengo fotos, lo tengo en tareas pendientes, pero es que el inicio de curso sigue (es lo que tiene tener hijos de todas las edades) y no consigo tener un rato tranquilo para hacerlas. Mientras escribo este post mi hija Belén celebra con sus amigas su duodécimo cumpleaños. Mala madre, pensaréis. Pues no digo yo que no, pero  como en realidad es el lunes, y ya son casi "señoritas" las dejo solas y yo descanso un rato. 
Resumiendo, ha sido una buena experencia crear todo esto, y me hace muchísima ilusión seguir creando. No se qué pasará, si algún día el Jefe y yo veremos "cumplido" nuestro sueño de poder trabajar realmente creando piezas de decoración o todo quedará en un día de mercadillo agotador. Lo que si que he aprendido es a valorar más el trabajo de los artesanos, de los artistas, de todo el que crea algo y no valoramos como debiesemos. Pasar doce horas viendo como la gente pasa y opinan sobre "tus" cosas, si les parecen caras, si les gustan... eso si que es difícil. Tu has puesto todo en un  pequeño trozo de madera o cerámica y nadie sabe lo que te ha costado realmente hacerlo, las cosas que has dejado de hacer para llenar una pequeña mesa, el tiempo que has empleado y no hablemos de dinero, aunque no sea mucho, para crear hay que invertir. Por eso ver que te dicen: "eso es caro", o peor, ni te lo dicen, lo escuchas de pasada mientras critican lo que ven ignorándote...eso me ha hecho pensar en las veces que yo he actuado así. No se si será cosa de aquí pensar que el hecho de que un artículo esté en un mercadillo automáticamente sea sinónimo de barato sí o sí, sin pararnos a pensar si esta hecho a mano o no, si puedes encontrarlo en cualquier otro sitio o estás viendo una pieza única. Creo que a partir de ahora cada vez que visite un mercadillo me fijaré un poco más antes de soltar un "¡qué caro!" y arremeter contra la persona que lo esté vendiendo para conseguir el precio que yo crea que merece, y por su puesto no ignorar al vendedor, aunque soy de las que le gusta mirar sin que la avasallen tampoco está de más un buenos días como mínimo. Y por ultimo he aprendido que lo importante, a pesar de que puedas sentirlo, no es que todo el mundo te diga que tus trabajos son preciosos, habrá a quien le gusten y a quien no. Lo importante es hacer lo que te gusta, lo que te parece bonito, y hacerlo con todo tu cariño. Ser auténtico, no dejarte llevar por las modas algo muy difícil cuando ves que en el puesto de al lado están vendiendo colgantes de pokemon por docenas mientras la gente pasa de largo por el tuyo. He aprendido que yo soy yo, y si alguna vez alguien habla de mi y de lo que hacemos el Jefe y yo será porque gustemos así.





Por último os dejo esta foto de nuestro puesto, no me digáis que no quedó precioso. No se si repetiremos, aunque el día no se nos dio mal en cuanto a ventas, fueron demasiadas horas para ser debutantes. Si algún día paseando por un mercadillo nos encontráis espero que no paséis de largo...


domingo, 4 de septiembre de 2016

Pon una caja de vino en tu vida!!!! DIY.



Una, dos, tres o las que quieras, las cajas de vino no son lo que parecen. Si hasta ahora eras de los que te regalaban una caja de vino, sacabas las botellas y tirabas el estuche (hablo de las de madera, obviamente) has cometido un gran error, si eres, claro está, un amante del DIY, el reciclaje o la decoración original. Hoy os lo voy a enseñar.
Yo he ido guardando cajas de vino durante un tiempo, esperando como siempre, un momento de inspiración. Cuando mi hija decoró su piso surgió qué colocar en el baño en lugar de unas baldas de cristal que habían en una pared. Yo busqué de entre el montón que el Jefe había ido recogiendo cada vez que surgía la ocasión un par del mismo tamaño, las pintó en blanco y dieron un resultado muy chulo. 






El resto quedó a la espera, como ya os he dicho, hasta que hace unos días encontré la ubicación perfecta para otras cuatro. Voy a empezar por las pequeñas. El verano pasado hice una manualidad de decoupage con las benjaminas de casa. Compramos unas letras blancas en un bazar, y las decoraron para ponerlas en su dormitorio. La idea era ponerlas en la pared con cinta de doble cara, pero el maldito gotelé hacía que al tiempo de estar pegadas se cayesen. Siguiente paso: le pedí al Jefe que me hiciese un par de carteles de madera para pegarlas en ellos... al final me cansé de esperar el cartel y pensé otra opción, e voilà: las cajas. Busqué dos de las más pequeñas porque realmente no buscaba capacidad de almacenaje sino un soporte para las letras que a la vez quedase mono en su dormitorio. Como os dije en la entrada anterior el Jefe últimamente está ahí a cada idea que se me ocurre, así que esta vez puse en sus manos el trabajo. 





Lo primero que hizo fue pintarlas de blanco y luego elegimos unas cartulinas para decorar el fondo. Como eran para las niñas, cada una eligió un  modelo.





Siguiente paso, pegó con cola blanca las cartulinas al fondo.





Para rematar quedaba poner las letras que hicieron las niñas. Además de pegarlas con cola las clavó con clavos invisibles para que resistan más posibles golpes.





Mirad que originales han quedado en su cuarto, encima de sus cómodas.





Además de estas dos y utilizando el mismo sistema el Jefe me preparó dos cajas más grandes para poner en el baño de la planta de arriba. Es un baño en el que no tengo armarios, dos lavabos reposan sobre una balda y bajo esta hay otra donde, en cestos de caña, tengo almacenadas toallas, secadores, planchas de pelo y demás chismes propios de un baño. Pusimos un espejo encastrado a la pared enorme pensando en que cuando las niñas ya no lo fuesen tanto pudieran utilizarlo más de una  y de dos a la vez. Bien, las niñas han crecido y en el baño han empezado a aparecer más y más cosas que fueron ocupando los lados de los lavabos(cremas, colonias, maquillajes). El problema es que al estar ahí no podías colocar más cosas, dejar el secador de pelo, por ejemplo, mientras te lo secas...así que pensé en colocar un par de cajas donde poner todos los chismes y dejar despejados de nuevo los lados de los lavabos. Calculé mal y después de hacer las cajas no cabían las dos... Pero no ha habido problema, enseguida hemos encontrado donde colocar ambas. 






Esta es la primera, como veis no es que tenga mucha capacidad, la justa para quitar de en medio esos chismecillos del baño que siempre están por en medio. La trasera, aprovechando que el Jefe le hizo una pequeña balda, la empapelamos en dos papeles diferentes en tonos azules.





Y esta es la segunda. ¿Imaginabais que terminase así? La explicación es muy sencilla: este baño es muy grande y entre el lavabo y el wc está la ducha, lo que nos daba un pequeño problema: cuando se acababa el papel higiénico era bastante incómodo ir a por más si lo necesitabas. La caja está colocada encima del wc por lo que el papel está almacenado pero justo donde se utiliza, si te quedas sin papel ya no hay problema.
Espero que con todas estas ideas hayáis visto la cantidad de cosas que se pueden hacer con cajas de vino, y si navegáis por internet seguro que encontráis un millón de ideas más que os resuelven pequeños problemas y a la vez decoran. ¿Os animáis a poner una caja en vuestras vidas?


jueves, 1 de septiembre de 2016

Otra tarea terminada, mi pizarra en su sitio.


¡Sí! Esta vez el Jefe me ha dejado perpleja del todo. No me gusta criticarlo, sobre todo porque cuando hace cosas en casa (en cuestión de bricolaje y demás), es porque antes yo he tenido una de mis ideas. Pero el pobre tiene un pequeño fallo: odia trabajar en casa, aunque luego disfrute igual o más que yo del resultado. Por eso cuando empezamos un proyecto casi siempre pasan más de seis meses antes de terminarlo. La verdad es que con este ha pasado un año, justo desde que acabamos la reforma de casa y compré una tabla de lavar a mano que envejeció rápidamente para colgarla en la pared del pasillo que va al lavadero. Ahí se quedó un año entero, en el suelo apoyada en la pared, hasta que hace unas semanas pasó a acompañarla la vieja pizarra con la que hice el cartel de lavandería. Ya sólo faltaba que hiciese una balda para exponer mis planchas antiguas, colgar todo en la pared y proyecto terminado. Yo, que soy muy muy mal pensada, calculaba otros seis meses mínimo para que hiciese la balda y otros tantos para colgarlo todo. Pero no. Esta vez me ha sorprendido de verdad y en cuanto vio la pizarra se puso manos a la obra e hizo la balda. Esta mañana lo hemos puesto todo en su sitio y ha quedado genial. Os prometí fotos y aquí están.





Aquí podéis ver toda la pared. No he podido hacer foto de frente ya que es un pasillo, pero más o menos veis como ha quedado todo. ¿Os gusta? Yo estoy encantada, ha quedado justo como imaginaba. 





La pizarra la ha colgado con un viejo clavo para que quedase más auténtica aunque en la foto obviamente no se ve. 





Esta es la pequeña balda que ha hecho para las planchas antiguas. Aquí me ha enamorado. Buscó una madera antigua, le quitó las capas de laca que la cubrían e hizo esta balda con esas escuadras tan monas. El detalle de hacer las escuadras con esas curvas me ha encantado, le da un toque muy bonito y hace que quede muy bien todo el conjunto. 




 Y esta es  la tabla que compramos y envejeció hace ya un año. Tenía tantas ganas de verla en su sitio... ¿Qué os parece? ¿A que ha quedado precioso? Yo estoy tan encantada que cada vez que subo al piso de arriba no puedo evitar pararme a mirar esa pared que hasta ayer era un lienzo blanco (con gotelé, por desgracia) y hoy está tan bonita que me gustaría que estuviese más a la vista y no camino de mi lavadero. 
Gracias Jefe, eres un sol, aunque no te lo diga todas las veces que debiese. Te quiero.