jueves, 23 de junio de 2016

¿Vacaciones?


¡Ya están aquí! Las vacaciones han llegado, no hay vuelta atrás. Me ha costado casi una semana asimilar que tengo por delante dos meses y medio de family al completo en casa y eso en mi caso significa descontrol de horarios para levantarse, comer, salir, acostarse... Cada año es lo mismo, me lleno de propósitos para hacer que el verano no sea un desastre y al final nada es como pensaba. Ya he asistido a graduaciones(por cierto, las dos el mismo día, con una hora de diferencia y en distintos colegios)a la exhibición del peque de taekwondo, a la audición de viola de Belén... Han sido dos semanas de no parar que acaban mañana con la recogida de notas.












En fin, que mientras mis niños están la mar de contentos de no tener que hacer nada mi cabeza es una tormenta de ideas para aliviar un verano en la ciudad. El año pasado tuvimos la suerte de poder viajar a un pueblecito llamado La Bastida, en Salamanca, y pasamos también unos días en Madrid con la familia. Este se presenta diferente: no hay viajes ni parque de atracciones. La verdad es que tampoco es el fin del mundo, tengo la suerte de vivir en Cartagena, tenemos la playa a diez minutos, un parque en las afueras lleno de pinadas con piscinas, una ciudad preciosa para pasar las tardes en su puerto o sentado en una de sus terrazas, o en un simple banco mientras los enanos juegan en un parque. Lo malo es que, como dije arriba, siempre me lleno de propósitos y al final no hago nada. Mis hijos no entienden que para mí las vacaciones son la época en la que más trabajo porque uno mis labores de casa habituales a llevarlos de un lado a otro para que "salgan" de casa. Hace años al empezar el verano hacía un panel con labores para cada una de las niñas, después he pasado unos años que no hacía ninguno e improvisaba; creo que este año voy a hacerlo otra vez a ver si así me ahorro unas cuantas afonías. Para empezar he pedido plaza en las escuelas de verano del ayuntamiento para los dos peques, a ver si hay suerte y en julio están ocupados por las mañanas. Con el resto tengo que organizarme o no paso de este verano. La verdad es que es muy complicado, tengo ocho flores todas diferentes. Cada una de un color, con un aroma, cada una con unas necesidades y la mitad de ellas en plena "floración". En mi casa ahora hay hormonas de todos los colores  (si alguna tiene un par de hermanas, imaginadlo multiplicado por ocho). El pobre Jefe se adapta como puede, pero a veces se le ve una cara de desesperación horrorosa ante las guerras que se forman por la ropa o los zapatos, el maquillaje o cualquier otro tema. Así que si un día las hormonas de un par de ellas están subiditas y a mí se me ocurre pedirles que hagan algo extra posiblemente todo termine en una discusión enorme. Para evitarlo he pensado tomar dos medidas: crear mi panel de tareas de nuevo como dije antes y hacer un contrato para cada una en el que figurarán horarios de salidas y entradas, obligaciones en casa y algún que otro punto personal para cada una. Así espero que mi verano no sea una lucha diaria, o al menos que lo sea un poquito menos.









En serio, el verano se me presenta un poco cuesta arriba, no soy una de esas supermamis que pueden con todo, que por la mañana arreglan la casa, van a mercadillos o de cafés, cocinan como los mejores chefs platos divertidos y exquisitos, que por la tarde cogen a sus niños y se van con ellos a la playa o la piscina, toman el sol mientras leen, vuelven a su hogar para dar la cena a su prole y ponerlos guapísimos para pasear cuando papá vuelve de casa. Yo soy dormilona, y adoro no madrugar, aunque no puedo hacerlo más que los sábados y domingos. Odio la cocina, no se me da para nada bien, a veces los postres, y la tortilla de patatas(en eso no me gana nadie pero no podemos comer todos los días lo mismo), después de comer NECESITO una siesta, sino dejo de ser persona, por lo que a la hora que se supone debería llevarlos a la playa o piscina estoy frita y luego es demasiado tarde. Si algún día consigo llevarlos lo de leer ni por asomo, me paso el rato recogiendo toallas y chanclas y si con suerte el Jefe viene conmigo tengo alguien con quien hablar. La vuelta es una lucha por quién se ducha antes mientras yo intento poner orden, cenamos sobre la marcha y luego las mayores se van cada una con sus planes y los peques salen un rato a la calle a jugar(eso es lo que más me gusta de nuestro barrio, mis hijos pueden jugar en la calle como lo hacía yo a su edad mientras los vecinos los miran sentados en sus sillas delante de sus puertas) Vamos, que no se parece en nada a lo que se supone que debería ser...O al menos lo que vemos en la tele o leo en blogs, y claro, eso me hace deprimirme un poco y que vuelva ese complejo de malamadre que me persigue a menudo. Aunque que pensándolo un poco, las familias que salen en la tele o en los blogs no están compuestas por diez personas, ocho de ellas mujeres (cuatro adolescentes o pre-adolescentes) un niño desesperado porque no tiene ningún hermano y quiere cambiar a mi pobre Belén, que es justo la que va por encima de él, y cito textualmente: "por un huérfano de la casa cuna que tenga su misma edad", un padre que sobrevive en medio de un mar de hormonas, una madre que no siempre está bien para tirar del carro y una hija mayor que al casarse obviamente no perdí, sino que gané un hijo y que vienen a vernos todo lo que pueden. Ya me gustaría ver en mi casa a una de esas supermamis enfrentándose a diario a la tropa, no se yo si aguantaría o saldría corriendo.  Pero es lo que hay y, sinceramente, tampoco creo que exista el verano perfecto, ni la familia perfecta. Cada uno somos perfectos a nuestra manera y eso es lo que le da sabor y alegría a nuestras vidas. Vidas que tampoco son iguales siempre, en cada momento de ellas hay circunstancias que nos llevan a actuar de una manera u otra, lo difícil a veces es adaptarse a esos momentos porque tendemos a idealizar las cosas. ¿Qué importa que este verano lo pasemos en casa? Estamos juntos, sanos y las cosas seguro que no serán tan aburridas ni horrorosas como pienso. Estoy segura de que este verano me va a sorprender y no será uno mas...Bienvenidas vacaciones, vamos a por vosotras.



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